(Narra Violet)
Hacía un montón que no sabíamos nada de las chicas. Sabíamos que había habido un accidente por culpa de una loca que empujó a Andrea a la calzada cuando pasaba un bus, que estaba en el hospital en coma, pero nada más; Simon nos dijo que no fuéramos a molestar al hospital, que no convenía que fuéramos. A mí eso me sabía mal, no podía ayudar a mis nuevos amigos... Todos los días les mandábamos un SMS a Sele o a Vero para que nos fueran informando. No podíamos hacer otra cosa más que estar juntas y tranquilas por si cualquiera de nosotras recibía cualquier noticia. Como ahora salgo con Josh, sí es oficial, pasábamos mucho tiempo juntos y me ayudó a integrarme un poco más en el grupo y a perder la vergüenza. Lo que puede llegar a hacerse por amor... El caso es que ahora pasaba el mayor tiempo con él, con Alicia y con Fati, aunque más con él ya que ellas estaban en la cumbre de sus relaciones con los chicos. El caso es que estaba llegando a casa de haber ido a ver un ensayo de Josh para un reportaje o algo así y fue cuando recibí el mensaje de Vero de que ya había despertado, y que seguramente en dos días o así estaría en casa. Eso me alegró mucho. Estaba muy contenta. Ahora caigo,¿y si le hacemos una fiesta de bienvenida? Mañana lo hablaré con las chicas y llamaré a Vero y a Sele, a ver que les parece. Qué ilusión!
(Narra Niall)
Estaba con Selena, tumbados en el sofá de su apartamento viendo una película, si soy sincero ni idea de qué peli era, estaba embobado mirándola y acariciando su pelo, me encanta. Estábamos muy bien los dos juntos hasta que se levantó y fue a la cocina. Dijo que iba a por un vaso de agua. Yo la esperé en el sofá, como estaba hasta el momento, pero la echaba de menos, necesitaba estar a su lado a cada instante, así que me levanté y me dirigí a la cocina y ahí estaba, secándose la cara con una toalla. No pude aguantarme y me acerqué a ella muy sigilosamente y metí una de mis manos por debajo de su camiseta para acariciarle la espalda; también me acerqué y empecé a besarle el cuello, estaba tan sexy! Me encanta. Empecé a jugar con el broche de su sujetador y ha darle besos en el lóbulo de la oreja (algo que a mi me encanta) y estuvimos así un rato hasta que ella se dio la vuelta y provocó que se le abriera el sujetador, que al parecer no tenía asas, que era uno de esos de labra de honor, y se le calló al suelo. Me quedé un momento asombrado, no pensaba que se le fuera a abrir. Salí de mi "trance" cuando ella, se acercó y empezó a besarme como nunca lo había hecho.Me sentía en una nube. Era fantástica. La cogí en brazos, bueno, ella rodeó mi cintura con sus piernas y mi cuello con sus brazos, yo solo la sujetaba para que no se cayera y así llegar, sin caernos, hasta el salón, pero ella en seguida se levantó y salió corriendo.
-A dónde vas?- pregunté agitado por la situación. ¿No irá a dejarme así? Sería cruel.
-Sígueme y lo verás- dijo saliendo de la cocina con el sujetador en la mano y corriendo hacia las escaleras.
Salí corriendo tras ella y llegamos a su habitación. Era tal y como la imaginaba. Tenía buen gusto. Estaba de pie mirando por el ventanal, se veía casi todo Londres y estaba hermosa la ciudad, no tanto como ella, pero era bonita. La abracé por la espalda y volví a empezar a darle besos por el cuello y hombro. Ella se giró y me besó. Al cabo de un minuto, dejó mis labios y empezó a besarme el cuello. Vale, ya sé lo que se sufre cuando te hacen eso. Me quitó la camiseta y yo le ayudé levantando los brazos. Nos miramos por unos segundos que parecieron horas sin hacer nada, estando así, mirándonos el uno al otro. Sus ojos expresaban su estado de excitación y no quería ver los míos porque estarían peor, el caso es que ella los tenía algo así:
El caso es que ambos estábamos con la respiración super agitada y al pasar esos eternos segundos, nos volvimos a besar. Ella me iba empujando hacia atrás hasta que caímos sobre la cama, ella sobre mi. Notaba que esta sería una velada que no iba a olvidar...
(Narra Louis)
Que entraran Niall y Selena en la habitación justo cuando nos estábamos besando, fue una situación muy embarazosa. Andy se puso roja como un tomate, y no me extraña, qué vergüenza. Solo habían entrado para avisar de que se iban a comer, podían haberme mandado un sms, no interrumpirnos así.
Niall salió antes de la habitación, después de despedirse de nosotros. Selena se acercó a Andy y le susurró algo al oído que hizo que se pusiera colorada, eso me hizo sonreír. Luego ambas estallaron en una gran carcajada y se despidieron. Selena se despidió de mi y se fue con Niall. Cuando cerró la puerta me acerqué de nuevo a la cama donde ella estaba tumbada y, desde hacía un par de minutos que fue cuando vino un doctor de guardia, conectada a unas máquinas, para ver sus constantes vitales, distintas a las que estaba antes cuando estaba inconsciente.
-Bueno, por fin solos.- dije seguramente con una cara muy estúpida ya que empezó a reír.
-Sí...-dijo algo nerviosa.
Me senté en el incómodo sillón que había allí y le cogí de la mano, no sé por qué pero sentía que tenía que hacerlo. Me miró como preocupada.
-Qué pasa pequeña? -pregunté intentando no parecer nervioso, aunque con ella ahí, misión imposible
-Pareces cansado- dijo de repente. Ella siempre preocupándose por los demás, que dulce.- Cuanto hace que no duermes bien?- preguntó nerviosa.
-Pues si te soy sincero- comencé a decir mientras me levantaba y me acercaba a ella para mirarle directamente a los ojos- no lo sé. Creo que desde que estas aquí.
-Y eso es desde hace...? - Que idiota soy! No se acuerda, bueno tendré que decírselo y hacerla sentir culpable.
-Desde hace algo más de cinco semanas.- le cambió la expresión a espanto y culpabilidad.
-Oh Dios mío! Lo siento...- dijo. Pero tenía que interrumpirla, no era culpa suya. Ella no eligió quedar en coma.
-No lo sientas, no es culpa tuya. Son cosas que pasan.- dicho esto la besé tierna y dulcemente.
-Bueno, aún así me siento culpable - dijo mientras se apartaba un poco de mi haciendo sitio en la camilla- Ven! A ver si así descansas un poco.- dijo "tirando" de mi mano para que me tumbara a su lado.
-No voy a tumbarme ahí, tienes que descansar...-pero me interrumpió rápidamente.
-No voy a aceptar un no por respuesta. Estuve más de un mes dormida, y tú todo lo contrario. Si no fuera porque los cables de la máquina son demasiado cortos, me sentaría yo en el sillón y tu te tumbarías aquí. Así que más te vale venir ahora mismo.- me dijo con una mirada demasiado desafiante. Por miedo a que me mordiera o algo, cosa que sabía que no iba a pasar, me tumbé a su lado.- Muy buena elección- dijo mientras se acomodaba junto a mi.- Ahora descansa.-dijo mientras cerraba los ojos de nuevo por culpa de los calmantes.
-Eso haré pequeña.- le dí un beso en la frente y cerré los ojos. Esa noche dormí genial. Entre el cansancio y la seguridad de que ella ya casi estaba bien del todo, y tenerla a mi lado, dormí como un bebé. Todo estaba volviendo a cobrar sentido...
**Pasaron más o menos así la noche:
A la mañana siguiente, cuando me desperté ella aun estaba dormida. Es adorable.
Había descansado genial no sabía que las camillas de hospital fueran, dentro de lo que cabe, tan cómodas. Me quedé un rato mirándola hasta que se despertó y me sonrío.
-Buenos días. Has descansado?- me preguntó sonriente
-Sí. He dormido genial.- Entonces me sonrió y me dio un beso en la comisura de los labios y se recostó de nuevo. Entonces yo me acerqué a ella y le besé. Un beso tierno y cariñoso de buenos días.
-Te puedo contar un secreto?- preguntó susurrando sobre mis labios.
-Claro pequeña, lo que sea- dije abrazándola para sentir mejor su cuerpo contra el mío.
-Me encanta que hagas eso -y me besó de nuevo. - Y que quiero salir de aquí ya e ir a casa. Aquí me aburro. Necesito bailar!
-Jajajajaaj, sabía que algo así venía- dije intentando no caerme de la camilla.- Cuando venga el doctor quieres que le pregunte cuando puedes volver a casa y bailar? -Cuando dije eso se le iluminaron los ojos.
-Sí, porfi. -dijo como una niñita pequeña.
-Jaja, vale, pero no hagas eso.- se me quedó mirando muy extraña.
-Hacer qué?
-Enamorarme de esa forma- se lo susurré al oído y pude ver como sus mejillas se tornaban de un rojo muy adorable.
Se cubrió la cara con las manos y se dio la vuelta.
-Por qué haces eso?- pregunté medio riendo.
-Porque has hecho que me ruborice, y estar así me da vergüenza.- dijo sin destaparse la cara.
-Pero no sabes que así es como más guapa estas y más me encantas? -dije apartándole lentamente las manos de la cara para no hacerle daño.
-Me estas tomando el pelo?- preguntó mirándome a los ojos.-Porque no tiene gracia.
-Si te estuviera tomando el pelo no te habría besado antes y no haría esto tampoco.- la volví a besar despacio. Un beso pausado para vivir cada momento.
Cuando nos separamos por falta de aire, nos abrazamos.
-Vale, te creo. -dijo sonriente.
-Así me gusta. Ahora te puedo hacer yo una pregunta?
-Ya la has hecho! - dijo sacándome la lengua
-Esa no parvita. Bueno, la pregunta es, ¿quieres ser mi novia?- le pregunté dándole una pulsera que me enseñó antes del accidente que le gustaba. No era gran cosa, era una muy cuqui que había en puesto de un mercadillo que habíamos visto un día.
-No me puedo creer que la hayas comprado...- dijo mirándome con los ojos cristalizados por las lágrimas.
-Lo que sea por ti.- dije abrazándole- Entonces, quieres ser mi novia?
-Sí, pero no me compres más cosas, que no hace falta- dijo antes de besarme y rodearme el cuello con sus bracitos. Aun se le notaba débil por haber estado tanto tiempo sin moverse, y seguro que tendrá hambre, que el suero ese no alimenta nada.
-Tienes hambre pequeña?-pregunté al separarme de ella.
-Un poco- se calló ya que le sonaban las tripas.
-Sólo un poco?- dije riendo
-Bueno, quizás un poco bastante. -Dijo poniéndose colorada de nuevo. -Me apetece fruta. Dijo intentando levantarse.
-Tú a donde te crees que vas?- le pregunté mientras la abrazaba de nuevo para tumbarla y que no se levantara de la camilla. - A por tu pieza de fruta ya voy yo que tu no te puedes levantar.
-Jo pero me aburro tumbada. Y si quiero volver a bailar cuanto antes, tendré que levantarme, no?- dijo haciendo un pucherito.
-Estas jugando con trampa...
-Por qué?-Pregunto extrañada sin quitar el pucherito.
-Deja de hacer eso. Me estas matando.- dije como si me estuviera muriendo.
-Pero no te entiendo no sé a que te refieres- seguía con el puchero.
-Uy eh!!- entonces me acerqué y la besé.- Tanto ansiabas mis besos?
-Puede ser, pero me quiero levantar.
-Espera que le pregunto a una enfermera o a alguien si te puedes levantar a por algo de comer y comer. Espérame aquí tumbadita o si quieres sentada y si puedes venir te vengo a buscar y te ayudo. Entendido?
-Sí papi- dijo con voz de niñita pequeña. Esos detalles eran los que me enamoraban cada vez más.
-Vale, ahora vuelvo. Espérame.
-Lo haré.
Para despedirnos le di un beso en la comisura de los labios y me fui a buscar a una enfermera de guardia. Para mi suerte había una en información de esa parte del hospital y parecía que no tenía mucho que hacer así que me atendería rápido.
-Disculpe...- me acerqué hasta el mostrador.
-Buenos días joven- era una mujer muy mayor, supongo que en unos años ya la jubilarían- que quieres?
-Quería saber si la paciente de la habitación número 17 puede levantarse a por algo para comer, sería posible?-pregunté algo nervioso.
-Espera un momentito que miro en el ordenador. - se puso a teclear algo y a mirar atenta el monitor del ordenador que tenía delante suya. Me estaba poniendo nervioso porque estaba con caras demasiado raras. -Sí, sí que puede levantarse pero con mucho cuidado y llevando un gotero que le pondrá ahora una de mis compañeras
-Vale. Muchísimas gracias.
-De nada. Ahora mismo va mi compañera a ponerle el gotero.
-De acuerdo. Qué tenga un buen día!
-Gracias joven.
Dicho eso me marché a darle la noticia a mi pequeñaja. Al llegar estaba sentada con los pies colgando de la camilla.
-Quieres caminar ya, verdad?- le pregunté mientras me acercaba a ella.
-Estoy ansiosa!- dijo eufórica- Puedo levantarme ya?
-Me dijo una enfermera que primero te tienen que poner un gotero pero después podrás caminar y comer lo que quieras.- En ese momento entró una enfermera, bastante más joven que la del mostrador, con una bolsita que se ponen en las vías que te ponen en el hospital y se acercó a nosotros. Yo me levanté de la camilla y pregunté. -Para que es eso?
-Es para suministrarle los calmantes necesarios para que cuando se levante no sienta mareos ni nauseas ni nada por el estilo. Es por precaución.
-Y va a doler?-Preguntó Andy viendo la aguja que se sacaba del bolsillo del pantalón del uniforme.
-No mucho. Es solo un pinchacito.-le dijo preparando todo.
-Y va a sangrar? Es que no soporto la sangre...-dijo ya medio mareada.
-No tranquila. Si quieres, tu novio puede darte la mano y miras a los ojos- dijo mientras terminaba de preparar todo para ponerle los calmantes.
-Louis...-Me dijo en tono de súplica tendiéndome la mano del brazo en el que no le iban a poner eso.
Me acerqué a ella y le cogí la mano. Le indicaba que respirara y que me mirara a los ojos, que no desviara la mirada porque si no se desmayaría.
Al cabo de cinco minutos la enfermera ya se fue y mi pequeña no quería abrir los ojos, se había aferrado a mi mano.
-Cielo, ya está.- dije acariciándole el pelo. Entonces ella empezó a abrir despacio los ojos y al verme a su lado, sonrió.
-Bien. Me haces un favor?-dijo en bajito.
-Lo que sea, dime.
-Está sangrando mucho? Es que noto como si algo resbalara por mi antebrazo. -me fijé y no caía nada.
-Eso debe de ser una reacción neurológica o algo así o estas sintiéndolo por dentro del brazo porque por fuera no hay nada. -dije esbozando una sonrisa.
-Vale.- Entonces miró su brazo y contenta de no ver sangre ni nada por el estilo bajó de la camilla, pero casi se cae porque no tenía fuerza en las piernas para mantenerse erguida.
-Cielo, quieres que vaya a por una silla de ruedas? Casi no te puedes tener en pie...
-No tranquilo, estoy bien. En tal caso, andamos los dos hasta una y después ya veremos- dijo con una sonrisa triste.
-Como quieras, pero no te hagas daño. -dije preocupado.
Le agarré de tal forma que le sirviera como apoyo para caminar, al llegar al mostrador donde estaban las enfermeras pedí una silla de ruedas ya que apenas podía sostenerse derecha del todo. Mientras la enfermera se fue a buscar una silla, ella se acercó más a mi y me susurró al oído.
-Mira que eres pesado. No me voy a sentar una de esas sillas. No estoy inválida.
-Si yo soy pesado tu eres terca. Es por tu bien, para que no te hagas daño y en cuanto salgamos de aquí te puedas poner bailar y podamos ir a pasear...
-Vale, pero solo por lo de ir a pasear. -Dijo poniendo morritos.
-Eres adorable. -Dije dándole un corto beso en los labios.
Al separarnos vimos como se acercaba la enfermera con la silla y tenía una barra hacia arriba para colgar el gotero. Le dimos las gracias y se sentó. Pusimos rumbo hacia la cafetería a por algo para desayunar. Yo me cogí lo típico, un plato con un huevo frito y bacon, y un buen café. Ella solo tomó un zumo de mango, una macedonia y un yogur natural con demasiado azúcar para mi gusto.
-Y tanto azúcar?-pregunté extrañado- 5 sobres de azúcar para un yogur es demasiado.
-Es que me gusta muy dulce.- y le echó otro azucarillo más.
-Bueno, mientras no se lo eches también a la fruta...- en esto que veo que agacha la cabeza- no, por favor no me digas que también has echado en la fruta
-No, todavía no, tengo que ir a por más para la fruta. -y fue hasta una mesa donde había azucarillos a por 10 sobres más.
-Eres medio oso.- le susurré cuando volvió.
-Pero admite que te encanta- me susurró con una voz demasiado sexy y lenta al oído.
Entonces se metió un trocito de manzana en la boca y bebió de su zumo.
-Qué me miras tanto?- preguntó como si no hubiera susurrado nada en mi oreja.
-Eres increíble...- dije mientras ella esbozaba una hermosa sonrisa.
Desayunamos entre risas y estupideces por mi parte y después dimos un paseo por el jardín del hospital, bueno, yo empujaba su silla ya que ella no debía caminar.
A la hora del almuerzo, volvimos a la habitación para que revisaran no sé qué cosas y les dijera a las enfermeras, entre lo que se podía preparar hoy para comer, que quería ella. Una vez anotado todo, y de nuevo solos, me dijo.
-Amor, me haces un favor enorme?-preguntó muy bajito para que me acercara a ella. El apelativo cariñoso "amor" dicho por ella suena tan bien...
-Dime pequeña.
-Puedes ir hasta el apartamento y cogerme un poco de ropa de abrigo para cuando salga de aquí? Que ya no hace calor como parecía que hacía ese día por la ropa que hay aquí...- dijo mirando hacia la percha en la que estaban sus shorts y su camiseta de tirantes.
-Está echo! Volveré lo antes posible.-Dije dándole un beso en los labios.
-Muchas gracias. Eres el mejor!-Dijo mirándome directamente a los ojos. Eso me derretía.
-No me eches mucho de menos eh!? Intentaré estar aquí como muy tarde en una hora, por el tráfico que pueda haber y eso.
-Tranquilo, estoy bien. Ten cuidado por favor.- me dijo preocupada.
-Lo tendré. -Un nuevo beso.
Entonces salí de la habitación y me dirigí al aparcamiento a por el coche y puse rumbo a casa de las chicas. El tráfico era bastante fluido, por lo que llegué en un cuarto de hora. Andy me había dado sus llaves para subir al apartamento, no fuera a ser que no hubiera nadie. En el vestíbulo llamé al ascensor y lo esperé mientras escuchaba en la radio del portero como retransmitían "Little things" y una niñita cantándola con su madre. Qué linda la estampa! Cuando llegó el ascensor, me subí y le dí al último botón que me llevaría hasta la última planta del edificio.
Al llegar, fui directo hasta la puerta del apartamento de las chicas. La abrí y al abrirla, no me podía creer lo que estaba viendo...





No hay comentarios:
Publicar un comentario